Nacional y Peñarol jugaban la final del Campeonato Uruguayo de 1933, un 27 de mayo de 1934 en el estadio Centenario, ante más de 50.000 espectadores. No fue un clásico más en la historia del fútbol uruguayo, porque se producirá un hecho que lo hará muy especial.
Transcurría 18’ la segunda parte, con el resultado 0 a 0, el brasileño Bahía incursiona por la derecha, y remata al arco. El portero tricolor Eduardo García, retiene el balón a medias, este sale hacia afuera, pero rebota en la valija de madera del kinesiólogo de Nacional (Juan Kirschberg), que estaba fuera de la cancha. El balón volvió al campo, ante el grito desesperado de Matucho Fígoli masajista aurinegro “métela por las dudas“, y el rebote es tomado por Braulio Castro, que anota el 1-0 para salir gritando su falsa conquista. “GOL ILÍCITO Y GOL DE UN TRAMPOSO DEL 1913”
El juez Telésforo Rodríguez, en principio dio por valido el gol. Fue así que los jugadores de Nacional se le fueron encima, reclamando que el mismo había sido ilegal. Estas protestas hicieron que se fueran expulsados, el gran capitán José Nasazzi, Ulises Chifflet y Juan Miguel Labraga en el minuto 63 y luego suspendidos por un año en la AUF.. El arbitro Telésforo, amedrentado, se fue a los vestuarios y no quiso continuar dirigiendo. Tras largas discusiones, tomó el silbato el línea Luis Scandoglio.
Al final, el partido terminó suspendiéndose a los 70’ debido a falta de luz, ya que, entre tantas discusiones, se fue la hora.
NACIONAL: Eduardo García, José Nasazzi, Juan Manuel Britos, Arsenio Fernández, Ulises Chiflet, Marcelino Pérez, Juan Miguel Labraga, Pedro Duhart, Héctor Castro, Enrique Fernández y Eduardo Ithurbide.
PEÑAROL: Tea, Fernández, Mascheroni, Zunino, Gestido, Chanes, Bahía, Mata, Young, Anselmo y Braulio Castro.
El 30 de julio, la AUF decidió que el partido debía continuarse, pero anulando el gol por “indebido”, además de sancionar a Nasazzi con un año de suspensión, a Labraga con un año y tres meses, por tres meses al juez de línea Scandoglio. A su vez, anuló la expulsión de Chifflet.
Luego la AUF ordenó que se jugara el 25 de agosto de 1934 el pico de 20′, más dos tiempos de alargue de 30′ cada uno en caso de continuar la igualdad, pero a puertas cerradas (sin público) con apenas 300 personas en el palco oficial y una multitud fuera del Centenario agolpadas fuera de los portones.
Como definición por penales no había, la solución era hacer otro partido más.
El técnico tricolor Américo Sziguetti (húngaro) que fue sustituido por Ondino Viera diagramó una táctica con muñequitos de plomo para explicarles a los jugadores como deberían moverse en la cancha. Siete días más tarde un 2 de septiembre de 1934, de nuevo el 0-0. La cuarta y última cita llegó el 18 de noviembre, casi un año después del empate en puntos. Peñarol ganaba 2-0, pero Nacional lo dio vuelta gracias a un triplete de Héctor Castro, el ‘Manco’, con un tercer DT diferente: Emilio Servetti Mitre dirigió el 3-2 dando por finalizada una final tan extensa como ridícula e histórica, en la que una valija fue protagonista. A LO NACIONAL